jueves, 4 de diciembre de 2008

Palabras liminares

Antes que nada, es menester aclarar que no me une al artista citado en el título de este sitio ningún vínculo terrenal, familiar ni económico. Soy solamente un oscuro soldado de un Movimiento; quien halló en el arte y el humor, pero también en la filosofía, en la ética y en la estética dolineanas, un sendero de claridad y dignidad entre sempiternas malezas de oscurantismo.
No soy digno de llamarme su discípulo, sino apenas anónimo y secreto morador del espacio de su sombra. Eso me basta para sentirme afortunado.
No soy artista, ni filósofo, ni pensador. Seré tanto como pueda propalador de la voz del Maestro, y serán mi instrumento fragmentos de grabaciones magnetofónicas de antiguos programas, realizadas por mí.
Han quedado en la cinta algunas memorables reflexiones, ciertas rachas de metafísico humor, y algunas derivas narrativas que han devenido literatura.
Con ustedes, el Artista:

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